Estabamos trabajando en una empresa metalúrgica y llegaron un dia los vendedores de los dientes de gardel, disfrazados con el ropaje de contadores. Como siempres los vendedores de dientes, vienen de la capital, usan trajes y sobretodos y los traen remises o taxis del aeropuerto a la fabrica y vuelta a su cálida cuevade la gran ciudad.
Estos fulanos, eran miembro de una consultora, de un secretario de una repartición de industriade la nación, que despues llego a ser ministro de economía y candidato a presidente de la nación. Por supuesto que el no figuraba, sino que era su hijo el que estaba a cargo, antes de partir hacia europa dondefue rescatado para manejar la economía del páis.
Los fulanos estos lo que te ofrecian eran las buenas gestiones de obtener esos famosos créditos que nunca se devolvían ( porque papá, es el que firma las autorizaciones, je!!).
En que consitía: en llenar los mismos formularios de siempre, para dar el marco de legalidad, mostrar planos, registros de capacitación ( por entonces estabamos implementando una norma de calidad y un proceso de mejora contínua) pero como las fechas que pedían no eran coincidentes con el trabajo ( había que poner que se iban a hacer, no que ya estaban hechas) luego de aprobado el plan, lo que se hizo en la administración fue poner liquid paper a los registros originales, para posdatar las fechas, truchar otras firmas y poner cursos que nunca se habían dado como que si se habían hecho.
Este laburito fino, se hizo no solo con el consentimiento de los 3 hermanos dueños de esta empresa, sino también bajo la supervisión de ellos y la atenta mirada de su madre, que día a día iba a ver como marchaban las cosas en la administración.
Por supuesto que la plata que se obtuvo, parte fue devuelta en concepto de compensaciones a la consultora que hizo la gestión y el resto de uso para comprar 3 de las camionetas importadas que los dueños se compraron con la plata que le robaron al estado. Por supuesto que la plata estaba destinada a mejorar la infraestructura de la empresa y las condiciones de los obreros que ahi trabajaban. Nada de eso ocurrío.
Hoy en día numerosos autos de carreras llevan la publicidad de esta empresa y 2 equipos de basquet lucen con orgullo el nombre de los ladrones.
Estos casos como otros consituyen la memoria social, en el cual los incentivos se los dan a los ladrones, en vez de los que quieren mejorar día a día.
Dificil de convencer es a dueños y gerentes que emprendan un camino de sacrificio pra la mejora contínua, pero no por eso debemos darnos por vencidos.
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